Mensaje por el septuagésimo séptimo aniversario de la Universidad Columbia del Paraguay
Si bien para los que componemos la Universidad Columbia, es motivo de júbilo recordar sus 77 años de vida institucional y a su fundador, don Rubén Urbieta Valdovinos, gran emprendedor y sobre todo un gran visionario, que legó para la posteridad esta Universidad que hoy es motivo de orgullo para todos nosotros y un ejemplo en nuestra comunidad de lo que debe ser una universidad seria y de calidad. No es menos cierto que estos 77 años de vida nos toca vivir en medio de esta gran pandemia que nos exige desarrollar todos nuestros esfuerzos, para que la educación que impartimos llegue a todos nuestros estudiantes y no pierdan este tan difícil y complicado año lectivo.
La crisis provocada y las acertadas medidas asumidas por el Gobierno nos impulsan a trabajar duro respetando por sobre todas las cosas la salud de nuestros estudiantes, profesores y funcionarios, sin descuidar el apoyo a todos ellos para lograr que el aprendizaje y las materias de este año lleguen a todos los alumnos de la mejor forma posible, innovando nuestros sistemas de clase que con las nuevas tecnologías y la preparación de nuestros profesores están pudiendo enseñar eficientemente, haciendo que el período académico tenga un resultado favorable respecto a la enseñanza aprendizaje.
Es política de la Universidad avanzar en el contexto de la educación superior con un sistema de enseñanza eficiente e innovadora, por lo que seguiremos trabajado intensamente para formar excelentes profesionales y sobre todo excelentes personas.
Una institución es grande gracias al compromiso de quienes la conforman, ya que son el motor y el empuje donde el trabajo individual de cada uno, se convierte en un todo y ese todo en un gran equipo. Nuestro trabajo es la formación de la persona de esa persona que no solo será un profesional, sino de aquella que a través de su profesión se dedique en cuerpo y alma para apoyar a quienes lo rodean y hacer grande al país.
Quiero homenajear a todos aquellos que hicieron grande a la Universidad Columbia del Paraguay, a sus estudiantes, semilla del conocimiento, que están contribuyendo, hoy ya como egresados, al progreso de este país desde las diferentes posiciones que les toca ocupar.
A los profesores quienes cultivan día a día la semilla del conocimiento para el crecimiento constante de nuestros estudiantes, que con gran sacrificio, en este tiempo de pandemia, siguen trabajando con cariño y profesionalismo, inculcando no solo los conocimientos fundamentales para la vida profesional sino también los valores fundamentales para que quienes confiaron en nosotros sean personas de verdad.
A los directivos que apuestan constantemente al crecimiento con calidad, si bien, hemos acreditado todas aquellas que podíamos hacerlo, seguimos trabajando para la acreditación de las que faltan y también para la acreditación de la propia institución. Recordamos algo que nos caracterizó siempre “La calidad en esta
Universidad es innegociable”, seguiremos trabajando para dar siempre a la Nación profesionales de primer nivel y sobre todo con valores.
A los funcionarios, que con su incansable trabajo en nuestro día a día hacen que la Universidad pueda brindar a la comunidad una atención amable y eficiente, ayudándonos a construir una universidad mejor para todos. Al echar la vista atrás y ver el camino recorrido vemos cuanto hemos evolucionado, si bien, la visión del
Fundador está plasmada en todo ese desarrollo, quiero rendir un homenaje a todos quienes desde los diferentes lugares están construyendo una universidad de calidad, las cosas no ocurren por sí mismo, los caminos hay que construirlos y los horizontes hay que alcanzarlos sin abandonar los sueños que están representados en esa Visión.
Soñemos ese futuro y apostemos por la Universidad y sobre todo por aquel proyecto educativo que si bien nació pequeño, hoy nos sitúa como referentes en muchos ámbitos de la Educación Superior.
Soñemos con una universidad que apostando a la calidad haya ganado la confianza de la sociedad y donde se reconozca que la educación es una inversión que da buenos resultados, soñemos con una universidad ética y con valores que sepa llegar a la sociedad con ejemplos dignos de ser imitados, soñemos con una universidad innovadora con cultura e identidad propia, soñemos con una universidad crítica y participante en todos los eventos políticos, económicos y sociales que requiera el país, y finalmente, soñemos con una universidad que participe del desarrollo de la comunidad y así a través de la transmisión de los conocimientos, nuestros egresados puedan enfrentar el futuro con destrezas y habilidades y sobre todo con un amplio sentido de la ética.
Dr. Roberto Elías Canese