Decálogo del Administrador
Un país que pretenda un desarrollo sostenible en el tiempo debe fomentar el nacimiento, crecimiento y permanencia de empresas productivas, como también de organizaciones de distinta naturaleza. Para el efecto, el rol del administrador es de importancia superlativa para el cumplimiento eficiente de lo enunciado precedentemente.
En este contexto, un buen administrador es aquel profesional que maneja con precisión y efectividad, las funciones propias de la ciencia administrativa, como la acción de planificar, organizar, integrar recursos humanos, dirigir y controlar, respectivamente.
En efecto, a continuación un decálogo, como contribución para que el administrador logre sus objetivos exitosamente:
1. Honesto y confiable, que despierte credibilidad del personal – colaborador.
2. Líder capaz, como fuente de inspiración para el equipo de trabajo.
3. Visionario, que observe el comportamiento presente para el futuro.
4. Generador de cambios estratégicos para lograr mejoría continua.
5. Rectificador de rumbos, un fracaso lo toma como experiencia de vida.
6. Hiperactivo y generador de resultados, con alto contenido ético.
7. Promotor de sinergia en equipos de trabajo, para lograr alta competitividad.
8. Constructor del buen clima organizacional, motivando al cliente interno, que redunde en beneficio del cliente externo.
9. Consciente de la necesidad de capacitación de por vida, considerando los cambios cotidianos, solucionando los problemas cada vez más complejos.
10. Poseedor de un alto espíritu de responsabilidad social y ambiental, que contribuya a lograr y mantener una imagen creíble de las empresas, como de otras organizaciones.
Muy feliz día del administrador. ¡Salud!