8 cosas que todo novato inexperto debería saber
He sido un caradura toda mi vida... desde que conseguí mi primer trabajo en un pequeño estudio editorial detrás de la universidad. Desde luego, allí era yo el más novato e inexperto, como también lo sería en un pequeño taller de diseño publicitario en donde lo único que no hacíamos eran trabajos editoriales (lo único que había hecho hasta entonces), mi juventud y mi condición de novato me permitieron ser el jefe y único miembro del departamento de diseño, fueron buenos tiempos. Mas tarde pasaría a trabajar para una agencia publicitaria (nunca había hecho publicidad), mucho más conocida y más grande, siempre desde mi posición de inexperto... consentido. Recién en mi segunda experiencia en agencia ingresé sin la etiqueta de "novato", pero seguía siendo el más joven, lo que en la práctica me ubicaba en una situación muy similar. Antes de la independencia laboral fui a trabajar a Argentina, en el que probablemente sea el estudio de diseño más importante de Latinoamérica, hasta ese momento de mi vida, ser el novato inexperto era la regla para mi.
Cuando empecé a enseñar lo hice por invitación de docentes, empecé aún sin terminar mi carrera universitaria, era lógico que fuese el docente más joven del plantel. Cuatro o cinco años después me ofrecieron el cargo de Director de Carrera (a los 28 años) por recomendación del anterior director... todos los docentes en el plantel eran mayores que yo.
Me he tomado el tiempo para reflexionar sobre esta serie de sucesos en mi vida en las que siempre me he visto a mi mismo como un novato, como un caradura, en el buen sentido. Hoy miro el pasado y tengo la certeza que nunca estuve preparado para aceptar ninguna de las responsabilidades que acepte, y me alegra darme cuenta porque estoy convencido que si lo hubiese estado, tal vez nunca hubiese sucedido todo aquello, por eso decidí escribir esta reflexión sobre las cosas que todo novato inexperto debería saber.
1. Cuando uno comienza, todas las remuneraciones son buenas.
Cuando se es joven y se empieza a trabajar, cualquier paga es buena paga, porque nunca te han pagado por nada, y no eres capaz de solventar tus propios gastos, eres totalmente dependiente, y en esta etapa de la vida es la única etapa en la que puedes ganar muy poco y ser completamente feliz con ello, si retrasas esta etapa cometerás uno de los errores mas comunes que un novato puede cometer: una tardía inserción laboral con un salario que no te emocione en lo absoluto (porque será bajo en comparación a tus compañeros), además, corres el riesgo de tener o no una presión familiar por empezar a producir y no el apoyo incondicional como cuando se es más joven.
2. El trabajo en si mismo ya es una buena paga.
Si asumimos esa realidad, cualquier paga es buena, el trabajo en sí mismo ya es una paga, emplear a una persona sin experiencia significa una inversión importante de tiempo, recursos humanos y dinero para cualquier empresa, porque no estás en condiciones de producir, de justificar un sueldo. Cuando se es muy joven sólo se puede aprender. Es decir, cualquiera sea el empleo (en diseño) que consigas, no existirá uno sólo que no tenga nada que enseñarte, porque básicamente -y esto puede sonar duro- no sabes nada, solo puedes aprender.
3. Ocupa tu tiempo en algo productivo, trabaja en lo que te gusta.
Por lo general, el joven ya está presupuestado en la economía familiar (trabaje o no) cobre un salario o no lo haga. Si se trata de un joven de clase media, el trabajo significa ayudar a minimizar el gasto que representa él mismo para la economía familiar. Es por ello, que el sólo hecho de tener una oportunidad laboral no remunerada -pasantía laboral- ya significa un salario interesante, porque al concluir no estará en las mismas condiciones que antes, lo que significa que podría estar en posición de justificar un salario. Es decir, ocupa tu tiempo en actividades productivas que te apasionen y no sólo en actividades improductivas.
4. No te preocupes por no estar preparado, ocúpate en estar listo.
Lo incómodo de ser joven en el mundo laboral es que por lo general no estas preparado para nada, pero esto no debe ser un obstáculo para tí, porque todos los que apuestan por tí son conscientes de que no estas preparado, tu eres una inversión para ellos.
Preocúpate sólo por estar listo, listo para sobrellevar el clima laboral, integrarte al equipo y dar todo de tí, para errar, aprender rápido, practicar mucho, absorber las críticas y crecer. Debes aprender a ser eficiente, debes ganarte la confianza, y poco a poco -con el tiempo- aprenderás a ser necesario.
La juventud y la inexperiencia te dan una hermosa e invaluable licencia para errar, proponer ideas y soluciones ilógicas, hacer las preguntas más supinas y para aprender jugando, nunca tendrás en otra etapa de tu vida laboral estos beneficios. En el futuro todo error tiene su precio, toda idea que expreses construye tu reputación y la eficiencia disminuye de forma radical el carácter lúdico de la profesión, no hay tiempo para juegos.
He escuchado a muchos estudiantes decir que no se sienten preparados para trabajar y que esperan a tener el título para hacerlo. En la realidad -en el diseño- un titulado sin experiencia laboral es algo que nadie desea, que nadie busca, significa un precio alto por poca productividad, nadie que contrata a una persona sin experiencia espera que este preparado para ello, aprende eso.
5. La experiencia es invaluable.
La antigüedad y la experiencia son muy valoradas en el mercado, no importa la edad que tengas. Si empiezas a trabajar a los 17 años, a los 23 ganarás más de lo que lo ganarías si empezarás a trabajar a los 20, es decir, como ingresaste al sistema antes, serás más valorado siendo joven, tendrás más oportunidades y eso significa también -si lo haces bien- un mejor salario.
6. Determina tu objetivo.
"Para el que no sabe a donde va, cualquier camino es bueno" le respondió el gato a Alicia cuando ella -tan joven- no sabía a donde ir. Si hay algo que me enseñó la vida laboral es que ningún profesional con experiencia le da la espalda a un joven que persigue sus sueños, no hay nada más motivador que un joven con ganas de ser alguien. Acércate a las personas que admiras, aprende a escuchar y aprende a cuestionar. Intenta ingresar a la empresa de tus sueños, haz lo que sea necesario para ello, camina siempre hacia tu objetivo y no aceptes trabajos o posiciones provisorias en las que no te sientas cómodo, porque lo provisorio tiende a volverse permanente.
7. Haz lo que amas.
Lo malo de ser joven es que debes dejar de serlo para saber si fue provechoso. Nunca sabrás si lo que estás haciendo es lo correcto, si estás invirtiendo tiempo en algo que te redituará, tu inexperiencia siempre te impedirá realizar esos juicios de valor de forma correcta, lo único que puedes hacer es ocuparte de estar en el lugar que quieres estar, con las personas que deseas estar y haciendo lo que te gusta hacer, sé feliz y productivo, sé parte de algo en lo que crees, de algo que amas, nada malo puede resultar de ello.
8. Permítete tomar todas las decisiones que puedas.
Cuando eres joven no tienes muchas opciones, es tomar la oportunidad o no tomarla, es decidir si estoy listo o no lo estoy, el riesgo, la novedad, el aprendizaje y el desarrollo personal son la regla permanente en esta etapa. Éste es el momento para aprender, para moverte, para ser productivo, todo lo productivo que hagas hoy se convertirá mañana en una competencia laboral, en un diferencial que agregará valor a tu persona.
Cuando creces -si hiciste bien la tarea- uno decide cada vez menos y empieza a optar cada vez más, siempre hay mas de una oportunidad, se minimizan todos los riesgos, se opta por el camino seguro y más productivo, cada vez se aprende menos y hay menos lugar para el error, la preparación lo cambia todo, cuando uno está preparado las expectativas cambian y el escenario también.
Hoy trabajo en mi estudio y todavía enseño en la universidad, sigo siendo joven (30), definitivamente deje de ser el menor en mis entornos laborales, abandone el papel de novato inexperto y escribí este artículo para ustedes, porque estoy convencido de que en la vida laboral, una de las situaciones más bellas es definitivamente... el inicio.