Vivir de la tipografía: ¿Es posible?
Si miramos unas décadas atrás nos encontramos con un panorama donde las tipografías eran piezas de plomo que contenían cada carácter y que se componían para formar frases o textos. Estas piezas de plomo se fabricaban en verdaderas fundiciones que vendían a kilos los diferentes caracteres de las tipografías a las imprentas de la época, donde solo las grandes imprentas podían comprar tipografías completas.
Conseguir tipografías planteaba diferentes problemas, el mas básico era el de la necesidad de un gran espacio ya que por muy pequeña que fuera tu imprenta necesitabas el suficiente espacio para albergar grandes chivaletes donde en su interior se guardaban los tipos de plomo y se clasificaban por su numero de cuerpo (6,8,10,12,14...), y lo mismo para los cuerpos en negrita o en cursiva.
Otro problema, quizá el mas prohibido, era el de precio. El desembolso que había que hacer para conseguir diferentes pesos de una tipografía eran enormes para la época y ya no hablamos de tipografías completas o de intentar poseer diferentes tipografías. "Una tipografía de plomo en los 70 costaba 18 veces el salario mínimo", afirma Lola Espinosa en articulo para Graffica.info y con lo que nos podemos hacer a la idea de lo que suponía comprar una tipografía hasta hace unas décadas.
Con la llegada de la era digital, los software de edición tipográfica y la revolución que ha supuesto Internet todo a cambiado, la tipografía a pasado a ser un archivo que compras (en el mejor de los casos) o simplemente te descargas, instalas en tu ordenador y a funcionar. Pero que sea un archivo no quiere decir que no conlleve trabajo, diseñar una tipografía profesional con sus caracteres de caja baja, caja alta, numerales, el set completo de signos, ligaduras, caracteres alternativos y un largo etc, supone un gran trabajo de estudio e investigación, diseño de cada uno de los caracteres, digitalización, ajustes de tracking y kerning, programación... procesos que conllevan muchos meses incluso años de trabajo.
Internet nos abre al mundo, tu radio de actuación ya no es tu ciudad, provincia, ni incluso tu país tu campo de juego ahora es todo el mundo. Puedes vender tus tipografías a clientes que se encuentran en la otra parte del mundo, ya no importa donde estas, importa lo que haces. Puedes irte a vivir a una casa perdida en las montañas, donde apenas llegan las carreteras y aislada por la nieve, que mientras que tengas internet puedes vender.
Esto nos abre un panorama donde tus clientes se multiplican por cientos, miles o incluso millones, un panorama donde ya no importa la situación económica o el poco conocimiento de diseño que haya en tu país, ahora tu clientes es el mundo.
Hasta aquí son todas buenas noticias ¿no?
Siento tener que decir que no todo es de color de rosa, esta democratización de la tipografía a llevado a una saturación del mercado, hay mas oferta que demanda, y si a esto le sumas que en muchos países ( la gran mayoría) no existe una cultura de comprar tipografías, te encuentras con un panorama difícil de afrontar.
Está claro que algunas de las grandes referencias del diseño tipografía a nivel mundial podrán vivir exclusivamente de diseñar tipografías pero mas del 90% compaginan esta actividad con sus estudios de diseño, con impartir talleres o conferencias, y es que es muy complicado poder vivir solo de diseñar tipografías ya que tienes que dedicarle meses incluso años al diseño de una tipo y mientras transcurre este periodo tienes que comer, pagar facturas y mantener a tu familia (quien la tiene) y todo esto para que después de este largo periodo la pongas a la venta y no se venda o se venda menos de lo que esperabas.
Otro factor que complica esto de vivir de la tipografía es que los viejos modelos de negocio a la hora de distribuir tus tipografías ya no funcionan, ya no funciona el poner tu tipografía a 200 euros y esperar vender 20 o 25 licencias. La situación económica mundial hace que ahora toque estrujarse la cabeza para buscar nuevos modelos de venta que se adapten a esta nueva situación.
Hace unos años Lost Type Co-op implanto (o al menos es la primera vez que lo vio un servidor) el modelo "Pay what you want", donde es el cliente el que pone el precio a la tipografía e incluso puede decidir pagar cero y descargarla gratuitamente. Este modelo parece abocado al desastre porque ¿quién va a pagar pudiendo descargar gratis? ¿no? pues al contrario de lo que se podía esperar es un modelo que funciona bastante bien y ejemplos como la tipografía Valentina de Pedro Arilla son buena prueba de ello.
También puede suceder que estés empezando, que te acabes de graduar de tus estudios y quizá no te interese tanto el sacarle un beneficio material a tu tipografía sino conseguir que tu trabajo se vea mediante una gran difusión. Si este es tu caso te diría que apostaras por el "paga con un Tweet", modelo donde los usuarios pueden descargar la tipografía que has diseñado siempre y cuando lo compartan en Twitter o Facebook. Las tipografías Bariol o Cassannet del estudio Atipo o Born de Carlos de Toro son buenos ejemplos.
Y el último modelo de negocio alternativo que os quiero hablar es del último en llegar, el de los micropagos. Un concepto que grandes industrias como la de la música (con Itunes) o la de los videojuegos y aplicaciones móviles (con la Google Play o la App Store de Apple) ya llevan usando desde hace mucho tiempo con grandes resultados. El cliente paga un precio reducido por el producto que quiere y la gran cantidad de descargas le proporcionan una buena cantidad de ingresos al creador del producto, todos ganan.
Si este modelo funciona tan bien en campos como la música o los videojuegos ¿porque no iba a funcionar en el mundo de la tipografía? Pues a esta conclusión se ha llegado en Lettering Shop, la primera o de las primeras tiendas online (para no pillarme las manos) que han implantado el modelo de los micropagos a la tipografía y al lettering. En Lettering Shop puedes encontrar packs de lettering clasificados y tipografías de calidad a menos de 5 euros, lo cual beneficia a ambas partes e incluso favorece la desaparición de la piratería tipográfica.
En conclusión, diseña tipografías por pasión y por amor a la profesión, que nadie te quite ese sueño. Ahora bien ¿quieres ganarte la vida con ello? pues debemos ser conscientes de que todo evoluciona y debemos adaptarnos a los cambios que sufre el mercado.
Fidel López
Diseñador Industrial