Reforma tributaria es el nombre con el cual se denomina a la re estructuración del sistema de tributación en un país, el nuestro está devuelta por tercera vez desde 1991 embarcado en la repentina e inoportuna necesidad de “reformar” los tributos que el fisco recauda de toda la sociedad paraguaya. Una vez más surge la imperiosa necesidad de recaudar más, bajo la excusa de las innumerables necesidades que el estado tiene y no puede satisfacer. Lo peculiar de esta reforma es que solo oprime con nuevas medidas y tasas impositivas a quienes ya están inscriptos y de hecho vienen contribuyendo en forma legal con sus tributos y no busca cazar a los que realmente viven al margen de la legalidad tributaria o los denominados integrantes de la economía negra, pues allí se encuentra la “mayor recaudación” pretendida. Pero esta polémica se vuelve baladí al analizarse en que se gasta lo recaudado, donde se direcciona los incrementos en los ingresos fiscales, porque las noticias crónicas sistemáticas de derroche y dilapidación del erario público son incesantes. Así también tristemente son incesantes las muertes de bebes o niños por falta de camas de terapia intensiva neonatal, al igual de centenas de diversas necesidades todas ellas casi impostergables. Pero indudablemente aquellos recién  nacidos son los “más indefensos” pues no pueden ni hablar y menos quejarse para reclamar sus derechos. Como ya había sostenido en la hipótesis de un artículo que había elaborado, la “evasión tributaria” siempre irá en aumento hasta que los contribuyentes se sientan auténticamente retribuidos por el estado con autenticas “contraprestaciones” que se vean y que den un mejor vivir a quienes con esfuerzo generan renta para sí y para el estado. Por lo descripto concluyo con una ecuación básica de toda democracia:

DERROCHE  ESTATAL + IMPUNIDAD EN LA JUSTICIA  =  + EVACION IMPOSITIVA

Máster Licenciado David Guerrero